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Por: Martha Araque

FIDIC son las siglas para identificar a la Federación Internacional de Ingenieros Consultores, que fomenta las buenas prácticas de ingeniería, con la intención de compartir sus conocimientos y resolver problemas técnicos en la ejecución de contratos de construcción. FIDIC desarrolló diversos modelos de contratos que se aplican a nivel mundial, de origen anglosajón, que no tienen fuerza vinculante, y que vendrían a ser únicamente recomendaciones de dicha federación de ingenieros.

En el año de 1957 se creó el primer modelo de contrato FIDIC, publicado como “Libro Rojo”, por el formato del libro y color en su portada. El modelo de contrato fue tomando fuerza, con el fin de establecer obligaciones y derechos para las partes, y a su vez fomentar las buenas prácticas tanto del contratante como del contratista. Los contratos FIDIC llegan de cierto modo para implementar una metodología segura y eficaz para desarrollar inversiones internacionales, en especial en proyectos llave en mano y los contratados bajo la fórmula de diseño y construcción.

Los modelos de contratos FIDIC determinan entre otras cosas, la asignación de riesgos,  responsabilidades, y un marco jurídico en el cual las partes podrán solventar sus diferencias; de igual manera, establecen los mecanismos y plazos de dialogo entre las partes en el día a día de la ejecución contractual. En la actualidad, los contratos más utilizados son los de 1999 (y sus actualizaciones o nuevas versiones) conocidos como “rainbow suite” o “colección de arcoíris” por los distintos colores de sus cuatro contratos: rojo, amarillo, plata y verde, utilizados mayormente por países con tradición jurídica de “common law”, es decir, por el derecho basado en precedentes judiciales.

Entonces nos preguntamos: ¿Por qué utilizar un contrato FIDIC? Una de las ventajas de estos contratos es que otorga equilibrio en el reparto y gestión de los riesgos entre las partes contratantes, son contratos con condiciones claras y ordenadas; por ello, cuando las posibles partes en el contrato pertenecen a países diferentes, se recomienda el uso de los mismos por su transparencia y la dinámica de la relación contractual se torna predecible y estable.

Sin embargo de ello, una de las desventajas es que estos modelos no se adaptan a todas y cada una de las particularidades de los ordenamientos jurídicos, pues es complicado negociar el cambio de las condiciones generales establecidas como obligatorias en el contrato FIDIC.

Ahora bien, ¿Cómo saber qué libro aplicar?, de manera general, y para mencionar los principales modelos de contrato:

El libro Rojo: Contrato para trabajos de ingeniería y edificación diseñados por el cliente.

El libro Amarillo: Contrato para instalaciones mecánicas eléctricas y para trabajos de ingeniería y edificación proyectados por el contratista.

El libro Plata: Contrato para proyectos bajo la modalidad turn-key o llave en mano.

Libro Verde: Contrato para obras de poco importe o trabajos sencillos y repetitivos.

El libro Rosa: Utilizado por los Bancos Multilaterales (Multilateral Development Banks - MDB) que es una adaptación del libro rojo que se implementó para los bancos multilaterales -  edición armonizada o libro rosa  - con mínimas diferencias, usado por las agencias y organismos multilaterales de crédito, basado en el modelo de contrato de construcción o libro rojo.

Los contratos FIDIC han sido abiertamente reconocidos, recomendados e incluso exigidos para la financiación de proyectos por diversas organizaciones internacionales tales como, el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Agencia Francesa de Desarrollo, entre otros. El uso de estos formatos permite a los MDB elegir el modelo de contrato más conveniente para el caso en concreto, reducir los costos de transacción y agilizar la evaluación, estimación y asignación de riesgos.

En cuanto a las controversias, FIDIC estableció dentro de sus modelos de contratos a la Junta de Resolución de Disputas (JRD) o Dispute Board, como un órgano colegiado técnico e imparcial encargado de vigilar el cumplimiento del contrato, está facultado para encontrar y evitar posibles controversias, prevenir y resolver eficientemente las que surjan desde el inicio del plazo de ejecución de la obra hasta su recepción. La intervención de la JRD evita que la obra se paralice y procura su culminación. La JRD debe estar pactada e implementada dentro del contrato, y en caso de que no sea así, las partes pueden hacerlo para la resolución de la controversia cuando esta aparezca. Se recomienda que los miembros de la JRD sean ingenieros o arquitectos, que tengan conocimiento y experiencia en proyectos similares y que conozcan los modelos FIDIC. De igual manera, la JRD puede ejercer función consultiva para prevenir el surgimiento de futuras controversias emitiendo opinión no vinculante, sobre un aspecto relevante que las partes deseen resolver.

En conclusión, los contratos FIDIC son considerados como un modelo contractual seguro para las inversiones nacionales e internacionales, y sobre todo, permite la buena relación entre las partes hasta la recepción de obra, contando con mecanismos para resolver sobre la marcha las dificultades que se puedan presentar.

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